
Hoy queremos hablaros de una tendencia que triunfa actualmente: el movimiento slow. Os explicaremos qué es y cómo lograr una vivienda slow.
El movimiento slow
Es una filosofía de vida que recomienda que nos relajemos y frenemos nuestro acelerado ritmo de vida. No solo en nuestras costumbres, sino también en la alimentación y el entorno doméstico. Apuesta por la sostenibilidad, la ética y un ritmo de vida más tranquilo, donde lo importante es la calidad en vez de la cantidad. Una forma de vida que afecta a nuestra salud física y mental.
Por lo tanto, si tenemos en cuenta lo anterior, una vivienda slow ideal debe de ser tranquila y sostenible.
Conseguir una casa slow
Empezamos con la decoración, ésta tiene que mostrar paz, bienestar y serenidad. Conseguir una vivienda agradable, que nos permita recargar nuestras energías y disfrutar de un merecido descanso.
También tenemos que fijarnos en el color, los tonos que tienen que predominar son los tranquilos y luminosos, como el blanco, los neutros suaves y los tonos tierra, que aportan calidez al conjunto.
Respecto a la luz, estas casas destacan por su luminosidad, con mucha luz natural y amplias ventanas.
Si nos fijamos en los materiales, se suele utilizar bastante la madera, las fibras vegetales y los materiales reciclados. Ya que como os hemos contado, se trata de viviendas sostenibles que buscan volver a nuestros orígenes y un estilo de vida más auténtico. Superficies que imitan el aspecto natural de la madera y cuyos diseños están inspirados en sus verdaderas formas.
Por último, el diseño; son residencias sencillas, no muy recargadas, importa más la calidad que la cantidad. Destacan las formas orgánicas inspiradas en la naturaleza.